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Kensho Clínica

Todo sobre el Mindfulness

Actualizado: 3 mar 2021


¿Conoces el término Mindfulness? 🧐

Aunque creas que es algo novedoso y actual, sus orígenes se remontan al siglo VII a.C. y están íntimamente relacionados con el budismo. Pero no fue hasta la década de los 70 cuando empezó a introducirse en el mundo occidental gracias a los estudios realizados por el doctor Jon Kabat-Zinn, considerado el padre de esta disciplina gracias a su gran aportación en este campo.

Investigó los beneficios de la práctica del mindfulness en personas con problemas de estrés y dolores crónicos, desarrollando su programa de “Reducción de estrés basado en la atención plena” con una duración de 8 semanas. Tan fructíferos fueron sus resultados, que planteó que se complementará el tratamiento médico con este programa para agilizar la recuperación de los pacientes.

Algunos de los ejercicios que se llevaban a cabo en dicho programa eran: exploración corporal, atención a la respiración, meditación estando sentados, mientras caminamos… entre otros.


¿En qué consiste realmente o qué es el Mindfulness?


Se traduce como atención plena y consiste en ser plenamente conscientes del aquí y del ahora, es decir, del momento presente, sin realizar ningún tipo de juicio, simplemente, hacerlo como meros observadores, tanto de lo que pasa a nuestro alrededor como de lo que sucede en nuestro interior (pensamientos, emociones).

Si algo nos disgusta, es decir, hacemos un juicio y lo catalogamos como algo negativo, tendemos a evitar pensar en ello. Pero, ¿qué ocurre si te digo que no pienses en un oso blanco? Que inmediatamente esa imagen acude a tu mente, porque para evitar pensar en algo, hemos de generar previamente ese pensamiento. Lo mismo ocurre con nuestros pensamientos cotidianos. Por eso, una de las premisas del mindfulness es no tratar de evitar nada, simplemente tomar distancia de esos pensamientos y aceptarlos, sin intentar modificarlos, y sobretodo sin juzgarlos

El mindfulness, al igual que el yoga, es una rama de la meditación, pero la principal diferencia de este, es que su objetivo es poder llevar a cabo esa atención plena en nuestro día a día.

¿Cuántas veces nos sorprendemos al llegar a nuestro destino, de que no hemos sido conscientes del camino que hemos hecho? ¿Cuántas veces desayunamos viendo las redes sociales o los emails del trabajo, y cuando nos queremos dar cuenta, se ha acabado el café y ni siquiera hemos sido conscientes de haber dado un solo trago? Te suenan estas situaciones, ¿verdad? Están a la orden del día, y es que el nivel de estrés al que estamos sometidos nos hace ir, en muchas ocasiones, en modo automático. Este es otro de los objetivos que persigue el mindfulness, el poder centrarnos en el momento presente, en la tarea que estemos haciendo en ese instante, que focalicemos toda nuestra atención al aquí y ahora.


¿Cómo empezar a ponerlo en práctica?


  1. Dedícate unos minutos de atención plena: se trata de focalizar toda nuestra atención a lo que esté pasando en el momento presente. Al principio basta con unos pocos minutos, con la práctica resultará mucho más fácil ampliar ese espacio de tiempo. Centra la atención en la respiración, y en las sensaciones que esta te evoca.

  2. Observa: elige cualquier objeto que tengas a tu alrededor y obsérvalo de verdad. Céntrate en todos sus detalles, escudríñalo. También puedes probar con música, ¡cuántas veces escuchamos una canción sin captar todos sus matices! Y por supuesto, aunque al principio puede resultar más complicado, observa tus pensamientos, tus sentimientos, tus sensaciones...

  3. Acepta:: elige cualquier objeto que tengas a tu alrededor y obsérvalo de verdad. Céntrate en todos sus detalles, escudríñalo. También puedes probar con música, ¡cuántas veces escuchamos una canción sin captar todos sus matices! Y por supuesto, aunque al principio puede resultar más complicado, observa tus pensamientos, tus sentimientos, tus sensaciones...

  4. No juzgues: no hagas una valoración de lo que pienses o sientas. Limítate a observar, sin pensar si es bueno o malo.

  5. Trátate con compasión: es otra de las premisas del mindfulness. Tratar con amabilidad, con respeto, con una actitud bondadosa. Es normal que la mente divague y te descubras dando vueltas a alguna preocupación, a alguna tarea. No te juzgues. Simplemente trata de volver a centrarte en el momento presente.

  6. Práctica: estamos acostumbrados a ritmos frenéticos, a hacer varias tareas a la vez, y pasar a poner toda nuestra atención en una sola cosa y dejar de lado todo lo demás, no es tarea fácil. Dominar esta habilidad requiere, como cualquier otra, mucha práctica y compromiso.















¿Qué beneficios tiene la práctica del mindfulness?


Son varios los estudios que hablan de los efectos positivos del mindfulness en diversas enfermedades como la ansiedad, depresión, o incluso en la fibromialgia, entre otros.

A continuación mencionamos algunos campos en los que se han demostrado científicamente los beneficios de la práctica de la atención plena.


  • Disminuye la ansiedad y el estrés: es el campo en el que más estudios se han realizado desde la década de los 70. No son pocos los problemas de salud asociados a altos niveles de estrés (hipertensión, problemas coronarios…). Dado que la ansiedad es una preocupación por algo futuro, el hecho de estar centrados en el momento presente, hace que ésta disminuya considerablemente. En múltiples estudios se ha observado una disminución significativa de los niveles de cortisol (hormona que se libera en situaciones estresantes) tras la práctica habitual de mindfulness.

  • Mejora el insomnio: como hemos dicho antes, el mindfulness es una rama de la meditación, y por tanto, nos lleva a un estado de relajación que favorece tanto la conciliación del sueño, como la calidad de éste. Muchas personas sufren insomnio por las preocupaciones del día a día, que se hacen más notorias en el momento de dormir. Al igual que ocurre con la ansiedad, el hecho de centrarnos en el momento presente, hace que esas preocupaciones disminuyan.

  • Mejora la concentración y la creatividad: la práctica de la atención plena nos ayuda a identificar más fácilmente las distracciones y a focalizar toda nuestra atención en una sola cosa frente a un entorno hiper-estimulado.

  • Mejora la inteligencia emocional: mejora la capacidad de identificar y comprender tanto las emociones propias como las de los demás, además de fortalecer la capacidad de gestionarlas.


Como veis, no son pocos los campos en los que el mindfulness ha demostrado científicamente sus beneficios, y es que, cuando nos centramos en vivir y estar en el ahora nuestra mente experimenta un cambio que se verá reflejado en nuestro día a día. Es por eso por lo que es tan recomendable y tan saludable esta práctica.

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